En momentos en que la inflación “come” nuestros ingresos en forma acelerada, el manejo de nuestro dinero es clave para intentar no perder tanto valor.
No sólo en la plata que manejamos todos los días, con el fin de que el sueldo alcance para los gastos del mes, sino también para mantener el valor de nuestros ahorros, que también pierden poder de compra día a día si no están invertidos.
Por eso armamos esta nota para que los pocos pesos que hay en el bolsillo rindan lo más posible y para que no se desvaloricen los ahorros ante tasas de interés reales negativas.
Esta situación viene complicando el presupuesto de las familias y lo hará aún más en los próximos meses.
La primera recomendación en momentos de crisis es tener un manejo conservador del dinero, evitando realizar consumos innecesarios y contraer deudas que puedan complicar el futuro.
Esto implica tratar de tener “colchón” para poder afrontar aumentos que vendrán en poco tiempo y que hoy no estamos teniendo. Por ejemplo:prepagas, colegios, tarifas de luz y gas, transporte.
Tampoco hay que descartar que sigan las subas de los alimentos y productos de limpieza.
Un tema importante es que este ajuste implica cambio de precios relativos: Todos los precios suben, pero los que estaban atrasados (sobre todo, servicios públicos y privados) van a subir mucho más que aquellos productos que estaban adelantados.
A la hora de ver qué hacer con tu dinero, tenés que distinguir para qué lo necesitás.
No es lo mismo:
Para gestionar el dinero dentro de un mismo mes, tenemos estas recomendaciones:
Sé austero. Restringí o recortá todo lo que no sea necesario. Presupuestá un monto fijo para esos gastos superfluos que querés hacer, como salidas o entretenimiento.
Revisá los gastos fijos mensuales para ver si podés cambiar a otra opciones mejor: planes de medicina prepaga, seguros y otras cuotas.
Los consumos variables como la luz o el gas, usalos en forma racional, evitando derroches (estos son de los rubros que más van a subir).
Supermercado y compras diarias. El salto grande de precios ya se dio y es difícil que tengas ganancias acopiando mucha mercadería.
Está perfecto aprovechar las ofertas (hacelo siempre que puedas), pero tratá de no comprar de más. El sobre stock puede ser un problema si compras productos que no vas a usar y ese dinero luego lo vas a necesitar en otros pagos urgentes
Electrodoméstico, electrónica, indumentaria y otros bienes. Las cuotas sin interés, sin duda, tenés que aprovecharlas. Especialmente porque probable que el precio ya tenga incluido este costo de financiamiento.
El nuevo plan Cuota Simple, en 3 y 6 cuotas sigue siendo conveniente porque el interés es bastante inferior a la inflación esperada (aunque es algo más caro que el Ahora 12).
Tarjetas de crédito. Las tarjetas pueden ser útiles para postergar gastos al mes siguiente en lugar de pagar de contado (si es a más de 30 días se puede poner ese dinero en un plazo fijo hasta el vencimiento del resumen). Además, permite financiar compras en cuotas.
Pero, por otro lado, si la tarjeta no se usa en forma racional se corre el riesgo del sobre endeudamiento.
El pago mínimo nunca es recomendable y deberías evitarlo. Cancelar todo el saldo al vencimiento es clave para evitar altas tasas de interés que, rápidamente, se convierten en una “bola de nieve” difícil de cancelar.
Como la inflación desvaloriza el dinero día a día, mientras más tarde realicemos los pagos y antes tengamos los cobros, mejor. Una buena práctica al cobrar es poner el dinero en un FCI de ahorro e ir sacándolo de a poco al momento de gastarlo o de tener que pagar vencimientos.
Los FCI pueden operarse en el mismo banco (por Homebanking o la app), a través de un broker, o en las billeteras virtuales más conocidas (los saldos remunerados se operan a través de un FCI de ahorro o dinero).
Esta práctica es conveniente sólo para el dinero que se va a necesitar en el mismo mes. La tasa de interés es menor a la del plazo fijo por lo que, si hay un vencimiento a más de 30 días es conveniente usar este depósito a plazo. Por lo mismo, tampoco sirve para colocar ahorros de mediano o largo plazo.
Con una tasa de interés real muy negativa en términos reales y el dólar relativamente estable, son pocas las opciones tradicionales que permiten mantener el poder adquisitivo de un capital ahorrado.
El plazo fijo rinde sólo 9% por mes y los dólares libres (blue, MEP y CCL) están más bajos respecto a enero.
De todos modos, un manejo conservador del dinero (lo más recomendable hasta ver cómo sigue la situación económica) tiene que incluir instrumentos líquidos en pesos y en dólares.
Una alternativa al plazo fijo tradicional es el plazo fijo UVA, que ajusta por inflación pero con un rezago (ahora empieza a captar el salto de diciembre). La contra es que tiene un plazo mínimo de 180 días y, si antes de ese momento hay un salto del dólar libre, el dinero perdería frente al tipo de cambio.
Instrumentos bursátiles. Para ampliar las alternativas hay que ir a opciones financieras con un poco más de riesgo que ofrece el mercado bursátiles. Los bonos en dólares son una buena opción porque, además, pagan renta, aunque tienen un riesgo aún elevado al estar ligados al Estado.
En cambio, los bonos privados (obligaciones negociables) también pagan en dólares y tienen un riesgo mucho menor.
Los títulos que ajustan por inflación (CER) deberían ser una buena cobertura ante este escenario, pero para los especialistas ya están demasiado caros y es difícil conseguir buenos rendimientos.
Para salir del riesgo argentino, son muy utilizados los activos del exterior que se operan desde Argentina en pesos como los Cedear de acciones y de ETF. Son instrumentos adecuados para el corto plazo.
Una proyección para 2024 es que haya inflación en dólares.
Es decir, que la inflación suba más que el tipo de cambio y, por lo tanto, los dólares que tengas en tu poder te van a alcanzar para comprar menos cosas.
Hay muchos activos con precios muy bajos en dólares que deberían subir si la economía se normaliza. Uno de ellos son los inmuebles (no sólo porque el dólar está caro sino porque el mercado se achicó mucho).
Los inmuebles tienen precios en dólares históricamente bajos por lo que, si la intención es utilizar los dólares guardados para comprar una propiedad, este puede ser un buen momento.
Por: Paula Martinez
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