Financiar las compras con tarjeta de crédito tienen una tasa de interés elevada. El costo financiero total supera largamente a la inflación. Qué tener en cuenta al pagar.
El financiamiento de compras con tarjeta de crédito tiene, en general, una tasa de interés que encarece el consumo porque está bastante por arriba de la inflación esperada.
En el contexto preelectoral, el Banco Central está restringiendo la cantidad de dinero para evitar un impacto inflacionario y esto tiene impacto en tasas de interés más altas y más volátiles.
Las compras con tarjeta en un solo pago, al mismo valor de contado, no tienen interés pero sí tienen otros costos financieros, como impuestos o gastos administrativos.
Pero si queremos comprar en cuotas con interés, o bien, financiar el saldo del resumen tendremos que pagar un interés por financiación. Lo mismo sucede cuando se obtiene un adelanto de tarjeta de crédito (dinero que se extrae por una cajero automático, por ejemplo).
A su vez, los casos en los que no se cumplen con los vencimientos y ni siquiera se llega a abonar el pago mínimo generan intereses punitorios, que se suman a los anteriores.
En la segunda mitad de 2025, el Banco Central está realizando un «apretón monetario» generando una generalizada falta de pesos que impacta en el costo de financiamiento de los consumos con tarjetas de crédito.
Luego de la finalización del plan Cuota Simple, en junio de este año, así están tasas para distintos consumos con tarjeta de crédito, en agosto de 2025.
En agosto de 2025, los bancos de primera línea están cobrando 94,9% de TNA en el financiamiento de consumos con tarjeta de crédito.
Esto implica una tasa de 7,80% mensual y una tasa efectiva anual (TEA) del 149,38%, que sube mucho más cuando se agrega IVA y gastos, para llegar al 199,59% de costo financiero total (CFT) con IVA.
Esta tasa se aplica cuando la persona abona sólo el pago mínimo y “patea” el resto para el mes siguiente. Una razón más para no hacerlo.
Los bancos y tarjetas también dan la opción para que el consumidor pague el monto total en cuotas fijas. En este caso, la tasa de interés es la misma que para financiar el saldo deudor. Es decir, un 94,9% TNA y 199,59% de CFT para los resúmenes que vencieron en agosto.
Otra modalidad de financiamiento del consumo es optar por pagar en cuotas fijas al momento de la compra. Esta alternativa es hoy una de las alternativas más cara de todas porque hubo un aumento a mediados de agosto.
Según informaron las tarjetas de crédito más conocidas (Mastercard, Visa, American Express, Cabal, Argencard) a Fiserv (la operadora del Posnet), a partir del 18 de agosto de 2025, los planes de 2 a 24 cuotas tienen una tasa de interés nominal de 110% TNA (hasta 6 pagos) o 115% (de 7 a 24 cuotas).
Esto implica una tasa efectiva anual (TEA) de 179% a 6 meses y 193% a 12 meses para entidades financieras. Con todos los gastos e impuestos, el costo financiero total (CFT) supera el 215% o 245% , según el plazo.
Como se ve, son costos muy superiores a la inflación, que está estimada en alrededor del 20%/25% para los próximos 12 meses.
Lo anterior aplica a los bancos. En cambio, las entidades no financieras tienen la misma tasa de interés pero el CFT es mucho más alto (arriba del 300% para más de 9 cuotas).
Con todas estas subas, es lógico que la morosidad haya aumentado.
En este contexto hay que extremar los cuidados al usar la tarjeta de crédito, sobre todo, poner mucha atención antes de comprar en cuotas. Los costos son altísimos.
Sobre todo, hay que evitar, a toda costa, usar el pago mínimo y financiar el saldo porque en pocos meses los montos de la deuda se pueden multiplicar varias veces.
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Por: Paula Martinez