Los Fondos Comunes de Inversión (FCI) permiten acceder a carteras administradas por profesionales, a partir de $ 1.000. Cómo optar entre las distintas opciones.
Para los pequeños ahorristas, los Fondos Comunes de Inversión (FCI) son una buena opción para dar los primeros pasos en el mundo bursátil que permite colocar el dinero en herramientas no tradicionales.
Es una alternativa simple, que está a la mano de cualquier persona con una cuenta bancaria y que permite, con poco dinero acceder a una administración profesional y diversificada.
Aunque los FCI más conocidos y utilizados son los de dinero (o ahorro, conocidos como money market), no son las únicas opciones sino que hay un amplio menú de alternativas para elegir.
En esta nota te contamos cuáles son y cómo elegir los FCI que más te convienen, según tus objetivos.
Las opciones de FCI son variadas: en pesos o en dólares, de renta fija o renta variable, de activos argentinos o del exterior, de corto o largo plazo. También hay algunos que combinan distintos tipos.
FCI de ahorro o dinero (money market). Son los más conocidos, de liquidación inmediata (también llamados T+0, donde T es el tiempo y 0 el plazo).
Quizá no lo sepas, pero el dinero de las cuentas remuneradas en las billeteras virtuales son FCI de este tipo.
Son útiles para manejar la liquidez de muy corto plazo (dentro de un mismo mes).
FCI renta fija. Hay distintas alternativas que, según el plazo y el objetivo y el plazo, pueden invertir en plazo fijo, cauciones, letras, bonos (cortos o largos), públicos o privados.
Sirven para buscar un rendimiento de nuestro dinero (pesos o dólares) que vaya más allá del mes. Hay de distintos plazos.
FCI renta variable. Son fondos que invierten en acciones. También ofrece diversas alternativas según el mercado (Argentina, Latinoamérica, del exterior en general, o combinaciones). Además, puede replicar un índice de mercado (por ejemplo, el Merval de las acciones líderes argentinas) o sectores (energía, consumo, financiero, etcétera).
Estas inversiones son adecuadas para invertir en el largo plazo. Hay que darles tiempo para que generen rendimientos.
FCI mixtos. Su objetivo es maximizar rentabilidad teniendo en cuenta el riesgo de distintas alternativas. Por ejemplo, pueden buscar cubrirse de una devaluacicón, ganarle ala inflación o a una tasa de interés de referencia, etcétera. Pueden tener nombres como retorno total, Combinado, Mixto, entre otros.
Lo que nunca tenemos que olvidar es que siempre hay que diversificar las inversiones. Es decir, “no poner todos los huevos en la misma canasta”.
Buscar distintas alternativas de monedas (pesos y dólares), plazos, riesgo, mercados (Argentina y el exterior), tipo de renta.
RECOMENDACIÓN: antes de poner dinero en un fondo, ver qué hay “adentro”. Y elegir los que sean convenientes según los objetivos que buscamos.
Pero ¿cómo sabemos qué hay adentro? Tenemos que mirar el prospecto o información comercial.
El prospecto es una página en PDF que tiene muchísimos datos y, lo relevante es mirar lo siguiente:
¿Y el rendimiento del fondo? ¿No es importante? Sí, pero sólo sirve como una referencia de lo que pasó. No hay que tomarlo como una predicción porque para adelante las circunstancias pueden cambiar.
Los FCI tienen varios beneficios, sobre todo para los inversores pequeños, difíciles de encontrar en otras alternativas tradicionales:
Liquidez. Se puede entrar y salir del FCI en cualquier momento. Esto depende de cada fondo: algunos son de rescate inmediato y otros tienen plazos de 24, 48 o 72 horas.
Esto genera una ventaja respecto al plazo fijo que tienen un plazo preestablecido.
Diversificación. Si tenemos poco dinero para invertir, es difícil dividirlo en diversas colocaciones. En un FCI, en cambio, la cartera ya está diversificada para elegir la mejor combinación de riesgo y rendimiento, según el objetivo fijado en ese fondo en particular.
Divisibilidad. Los FCI permiten dividir la inversión en montos muy pequeños (como dijimos, desde $ 1.000).
Manejo profesional. El portafolio de inversión es administrado por especialistas, algo que nos saldría muy caro si tenemos poco dinero para invertir.
Menor riesgo. Hay muchos tipos de FCI. Algunos son muy conservadores (los de dinero, renta fija en pesos o en dólares). Para aquellos fondos más arriesgados, la diversificación permite bajar el riesgo general de la cartera.
Rendimiento. Los especialistas están buscando todo el tiempo, día a día, las opciones que más ganancia arrojan. Eso es algo que el ahorrista individual difícilmente pueda hacer.
Más alcance. Por ser inversores institucionales, que manejan mucha cantidad de dinero (formado por miles de cuotapartistas), los FCI pueden acceder a algunos instrumentos que están vedados para los inversores individuales.
Sencillez. Invertir en FCI es muy fácil, se puede hacer con un agente de Bolsa o con nuestro banco, a través del Homebanking. Para empezar a operar solamente hay que tener una cuenta comitente (o cuenta de inversión) que se abre en el momento, en forma digital y con muy poca documentación.
Como cualquier inversión, hay ciertos recaudos que hay que considerar antes de poner dinero en un FCI.
Conocimiento. Como siempre advertimos en Mi Presupuesto, no hay que poner dinero si no sabemos de qué se trata. Antes de elegir un fondo, conviene averiguar cómo está compuesta la cartera, qué riesgos hay, cuál es el rendimiento esperado, cómo salir, cuánto son las comisiones.
Cartera. Es importante conocer en qué invierte el fondo. Como hay tanta variedad, podemos empezar con los más conservadores y los más utilizados, para luego ir agregando otros.
Rendimiento. Ningún administrador de FCI puede asegurar rendimientos a futuro. Es probable que los fondos informen tasas de retorno pasadas, pero nada asegura que se van a conseguir para adelante. Además, dependerá del momento en el cual nosotros entremos y salgamos del fondo, el rendimiento para cada uno.
Pérdidas de capital. Si bien hay FCI que casi no tienen riesgos, hay otros tipos de FCI que tienen más volatilidad y variación del valor de la cuotaparte (ejemplo: los de renta mixta o renta variable, que incluyen acciones en su cartera). En este caso, hay que tener claro que, así como puede haber ganancias también puede haber pérdidas que implicarán tener menos dinero del que se puso. Esto lo vemos en el valor de las cuotapartes.

Por: Paula Martinez