El Impuesto PAIS tiene fecha de finalización el 22 de diciembre de 2024. Esta novedad impactará en distintos precios que pagamos los argentinos, tanto en el país como en el exterior.
Este impuesto fue establecido en la ley de emergencia de diciembre de 2019 (apenas asumió el Gobierno de Alberto Fernández) por 5 años calendario. Para extenderlo o reemplazarlo por otro, es necesaria otra ley del Congreso, algo que quedó descartado, por lo que este diciembre, el impuesto llega a su fin.
Para saber cómo nos afecta en nuestra economía doméstica y en nuestro bolsillo, tenemos que considerar que es un tributo que se aplica a distintas operaciones, con diferentes alícuotas.
El Impuesto PAIS, en un principio, solo se aplicaba a operaciones cambiarias que realizaban los individuos, como compra de dólar ahorro, pagos con tarjeta (al viajar fuera del país o comprar en sitios web del exterior) y adquisición de pasajes y otros servicios turísticos.
Para estos fines, las alícuotas fueron variando y hoy están en:
A esto se agrega una percepción del 30% a cuenta del Impuesto a las Ganancias que no se acaba el 23 de diciembre de 2024, sino que continuará en 2025.
Luego, se agregó la importación de mercaderías y servicios que realizan las empresas importadoras. En un principio, la tasa era del 7,5%; cuando asumió el gobierno de Javier Milei, en diciembre de 2023, subió al 17,5%; y en septiembre de 2024, volvió a bajar al 7,5%.
El impuesto PAIS a las importaciones impacta en forma directa en los precios internos. A partir de la reducción de los 10 puntos en la alícuota hubo una menor presión inflacionaria, aunque esto no fue uniforme.
En el caso de la importación de bienes de consumo final (productos que van directamente a la góndola, vehículos u otros), el efecto es directo, aunque no necesariamente inmediato porque las empresas pueden tener stock a valores más altos.
Pero, en la importación de insumos o bienes intermedios, el efecto de la baja del impuesto implica una reducción de costos de fabricación local que se verá a lo largo del tiempo.
En cambio, el impuesto PAIS a las operaciones cambiarias que realizan las personas afecta a los llamados:
En este caso, se abaratará el precio en pesos de los bienes y servicios que se compren, pero el valor en dólar seguirá siendo el mismo.
Hasta ahora, todas las operaciones alcanzadas por el Impuesto PAIS tienen un dólar equivalente al dólar oficial más el 60% de recargo.
A la cotización minorista actual ($ 1.040), implica un tipo de cambio superior a $ 1.660. Por supuesto, son pocas las personas que lo utilizan, ya que es muy superior a los $ 1.070/$ 1.100 de los dólares libres (MEP o blue).
Como señalamos más arriba hay 2 alícuotas diferentes que se aplican en el Impuesto PAIS para las operaciones de los individuos: 8% y 30%. Cuando este impuesto ya no se aplique, el dólar en cada caso se modificará de distinta manera.
En resumen, en los primeros casos, la reducción del valor final será de 18,75% y en los servicios, habrá una baja aproximada de 5%. Siempre estamos hablando de los precios en pesos, ya que el valor en dólares es el mismo.
Como vemos, en la actualidad, con una brecha cambiaria casi ínfima entre el dólar oficial y los dólares blue o MEP (es bastante menos del 10%), aún con la quita del 8% o 30% del Impuesto PAIS, no es conveniente pagar estos consumos con pesos (la cotización es superior a $1.350).
Para evitar que se aplique la percepción del 30% a cuenta de Ganancias, lo que hay que hacer es comprar dólar blue o MEP y abonar las compras con dólares.
Si vas a viajar fuera del país, lo mejor es llevar dólares billete, pagar con una tarjeta de débito desde una cuenta en dólares o abonar con la tarjeta de crédito. Así te aplicarán el valor del dólar blue o MEP y no el dólar turista (a más de 1.660 o $ 1.350, según la fecha).
Y, para comprar los pasajes al exterior u otros servicios turísticos, también lo más conveniente es pagar con dólares. En este caso, el ahorro no es la totalidad del recargo, pero sigue siendo más barato.
Por: Paula Martinez
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