El inicio del año es un buen momento para replantearse algunas conductas que tenemos respecto a nuestro dinero con el fin de evitar sobresaltos financieros.
Después de un 2018 en el cual nada salió como se esperaba y la crisis pegó fuerte en todos los bolsillo, enero es un buen momento para proponer algunos cambios y empezar a formar hábitos que nos eviten sobresaltos.
Estos problemas no solamente se pueden dar en momentos de crisis, sino que, en cualquier momento podemos tener inconvenientes que nos lleven a un gasto inesperado o una reducción de ingresos y, si no tenemos un resguardo, es probable que tengamos que endeudarnos o malvender algo para afrontar esa situación.
En esta nota, veremos cinco conductas que deberíamos adoptar siempre para evitar que esas cuestiones nos sorprendan malparados.
Aunque parezca raro empezar por esto, plantear los objetivos que queremos lograr este año (o empezar el camino para hacerlo) nos va a ayudar en todo lo demás.
Poder ordenar nuestras cuentas, muchas veces, implica un sacrificio (ahorrar en vez de consumir). Si sabemos para qué estamos haciendo este esfuerzo y tenemos claro qué queremos, nos va a resultar más fácil el camino.
Las metas pueden ser diversas: que el dinero nos alcance hasta fin de mes, irnos de vacaciones en el verano, cambiar el auto, comprar una casa, hacer un viaje en familia, ahorrar para la jubilación, empezar un negocio, estudiar, tener un capital para obtener una renta, o cualquier otra.
Los objetivos tienen que ser alcanzables (si no este año, en los próximos) y tenemos que ponerle un monto aproximado para cuantificar el esfuerzo que necesitamos para cumplirlo.
Este debería ser uno de tus objetivos para este año si no lo tenés.
El fondo de reserva no sólo sirve cuando hay una crisis como la del año pasado, sino que también es un respaldo ante imprevistos (se te rompió el auto, la heladera, tuviste una avería en la casa, una enfermedad, por ejemplo). Si te pasan estas cosas y no tenés dinero guardado, tendrás que salir a pedir prestado y hoy, el costo es altísimo.
Lo ideal es que el monto sea equivalente, por lo menos, a tres meses de ingresos familiares. De esta manera, si estos ingresos bajan habrá un resguardo. Es probable que necesites más de un año para llegar a esa cantidad.
Para formarlo hay que ahorrar y, para eso, hay que separar el dinero (lo ideal es que sea, al menos, un 10% de los ingreso) apenas uno cobra y no al final del mes (cuando ya no queda nada).
Aquí quiero aclarar que tener deudas no es bueno ni malo en sí mismo. Todo depende de la finalidad y de las condiciones en que nos financiamos.
Una cosa es sacar un crédito hipotecario, con tasa baja y a largo plazo, para comprar nuestra vivienda y otra, muy distinta, es sacar un préstamos para pagar la fiesta de una noche o endeudarnos con la tarjeta de crédito para comprar cosas que no son necesarias.
Este año, al igual que en 2018, las tasas de interés están altísimas. Esto quiere decir que, contraer una nueva deuda es muy caro (si los planes se pueden postergar, mejor).
Ni qué hablar de las tarjetas de crédito, más que nunca, es importante cancelar todo el saldo del resumen al momento del vencimiento y evitar el pago mínimo porque en muy poco tiempo tendremos una bola de nieve difícil de parar. Si estamos con esta situación, hay que hacerle frente y tratar de resolver el problema, si lo seguimos postergando se va a poner peor.
Una situación totalmente diferente se da si ya estamos pagando una cuota de un crédito que sacamos hace un tiempo a una tasa muy baja y plazo razonable. En este caso, en general, no es conveniente cancelar porque es probable que no consigamos dinero en mejores condiciones que esas.
Llevar un registro de ingresos, gastos, deuda y ahorro es imprescindible para saber dónde estamos parados y para poder ordenar nuestras cuentas.
La mayoría de la gente conoce cuánto gana (sobre todo, si son sueldos fijos) pero ¿Sabés cuánto dinero gasta tu familia por mes? ¿cuánta plata se va en gastos fijos? ¿cuánto queda para los gastos variables? ¿Cuánto destinan a sus necesidades básicas?
Es muy importante que, al menos una o dos veces al año (lo ideal sería todos los meses) podamos ver cuánto dinero nos ingresa, cuánto se puede ahorrar y cuánto y en qué se gasta. Anotar todo, hasta los consumos más insignificantes nos va a dar una idea de cómo nos estamos manejando.
Una vez que tenemos los datos de cuánto ganamos, cuánto vamos a ahorrar, cuánto gastamos y el nivel de deuda, tenemos que realizar un presupuesto mensual y proyectarlo en los meses siguientes.
En una economía como la argentina, esto implicará realizar ajustes en los números para incorporar la inflación.
Además, tenemos que tener en cuenta meses con gastos extraordinarios (vencimientos de impuestos, matrícula e inscripción en diversas actividades, festejos de cumpleaños, vacaciones, fiestas de egresados, etcétera).
Tenemos que tener previsto cómo vamos a pagar esas erogaciones y, para eso, debemos ahorrar dinero antes (recordemos evitar deudas).
Por último, debemos armar un plan para colocar nuestros ahorros en opciones que no pierdan poder adquisitivo con la inflación, que generen resguardo ante vaivenes económicos y tengan algo de liquidez para cubrir imprevistos.
El presupuesto tiene que ser flexible y dejar un margen para ajustar si nuestros ingresos bajan, la inflación se dispara o surge cualquier otro inconveniente.
Como un punto adicional, hay una recomendación importante: en un país como Argentina (y otros también), en el cual las condiciones cambian tan a menudo y en forma abrupta, lo que funciona un año puede no ser conveniente para el siguiente.
Por lo tanto, hay que estar atento a la situación económica, sobre todo a tres variables: dólar, inflación y tasas de interés. Y las decisiones se tienen que ir acomodando según lo que sea más conveniente en cada momento.
Por: comunidadpresupu-admin
Debes estar conectado para dejar un comentario.
El problema es que ya estoy endeudada y sobre todo con tarjeta Naranja..la consulta es si aún no estando en mora pueden refinanciar mi deuda,en la empresa para la que trabajo,las cosas no están nada bien
En abril no pudieron cumplir con el pago del sueldo..y a partir de mayo empezaron a pagar por quincena..sin cancelar lo anterior..
A raíz de esto es que se me hizo todo un lío con los pagos..No pude y naranja se niega a refinanciar..y yo se que no puedo pagar ni este ni el mes próximo.. hay algún recurso legal?
Te sugiero que vayas a ver cómo arreglar con la tarjeta. Salvo que busques dinero en cuotas por otro lado (muy probablemente será carísimo)