Tener dinero guardado es fundamental para evitar dolores de cabeza ya que te permitirá afrontar mejor tiempos de crisis, gastos imprevistos y te dará mayor tranquilidad para el futuro.
Pasó un 2018 de crisis, casi terminan las vacaciones y es momento de encarar un nuevo año de trabajo. Una de las cuestiones más productivas que te podés plantear en 2019 para no tener problemas de dinero es empezar a ahorrar, de una buena vez.
Tener un ahorro es fundamental por diversos motivos: tendrás dinero para imprevistos, si tus ingresos bajan, podrás usar esa parte que ahorrabas para tus gastos hasta que las cosas mejoren; generar una renta en el futuro, realizar eso que tanto querés sin endeudarte.
Paso a paso
Pero, claro, para quien no tiene el hábito del ahorro (y, muy probablemente, sienta que el dinero no le alcanza para llegar a fin de mes) es más fácil decir que hacer. Por eso, vamos a ver un paso a paso para poner manos a la obra.
Ahorrar implica un sacrificio porque es dinero que no tendremos disponible para gastar hoy.
Por eso, para poder mantener el hábito en el tiempo es importante tener un incentivo grande. Y el mejor incentivo es saber que lo estamos haciendo para algo que queremos lograr. Por eso nos tenemos que plantear el para qué.
Los objetivos pueden ser múltiples y de distinto tipo, pero te recomiendo que, sí o sí, consideres los dos primeros:
Una vez que definas para qué querés ahorrar, hay que saber de cuánto dinero estás hablando.
Cada uno de los objetivos tendrá un monto que necesitarás juntar. El fondo de reserva debería ser por un monto de entre tres y seis meses de ingreso familiar, el ahorro para un fin determinado requerirá cubrir los costos y el capital para el mediano plazo puede ser tan alto como se pueda para generar una renta.
El segundo punto es ponerle un plazo para lograr el objetivo. Esto dependerá de cuál es el fin y de cuánto tiempo te lleve juntar ese dinero. Algunos objetivos se pueden lograr en el mismo año, otros llevarán unos cuantos.
Saber cuáles son tus ingresos, cuánto dinero gastás y cuánto debés, es fundamental para poder hacer un plan de ahorro.
Conocer estos datos te dará una idea de cuánto podés juntar por mes, en un año, y podés ajustar los plazos que planteaste en el punto #2.
Si te pasa que te cuesta llegar a fin de mes con el dinero, es probable que creas que no vas a poder ahorrar.
Pensar así es un error. En general, los problemas de dinero y la falta de ahorro no tienen que ver con lo que uno cobra sino con lo que se gasta. Si la plata no te alcanza es porque estás gastando más de lo que te ingresa y ese va a ser un problema ganando poco o ganando mucho.
Aunque suene duro decirlo, cada uno debe tener el nivel de vida que puede pagar. Si vive por encima de sus posibilidades, siempre va a tener problemas y si vive al límite, los problemas van a surgir cuando haya una crisis o tenga algún imprevisto.
Para evitar esto, lo que hay que mirar los gastos fijos. ¿Por qué? Porque, cuando hay algún inconveniente, uno puede reducir los gastos flexibles pero los fijos no. Si estos gastos fijos son un porcentaje muy elevado (más del 75%), nos va a quedar muy poco margen para ajustar si algún período las cosas no van tan bien y, mucho menos, para ahorrar.
Uno de los gastos fijos que pueden ser una carga importante es el pago de las deudas. Aquí no se trata de achicar el monto que debemos (el saldo del capital) sino el dinero que nos insumen las cuotas cada mes.
En este punto no nos referimos a deudas que permiten capitalizarnos, como un crédito hipotecario para nuestra casa, sino al pago de consumos totalmente prescindibles (por ejemplo, la cuota de un televisor, unas zapatillas, un celular, etcétera).
El uso de la tarjeta de crédito, ya sea por compras en cuotas o un solo pago, es una de las principales cuestiones a considerar en este paso.
Una vez ajustado tu presupuesto, planteá un porcentaje fijo para ahorrar.
Es importante que sea un porcentaje de tu ingreso, no un monto fijo. Así, si el dinero que cobrás disminuye o aumenta, también lo hará el ahorro.
Lo ideal es ahorrar, al menos el 10% de todos tus ingresos (fijos y variables). De todos modos, para ingresos extraordinarios, deberías plantear un monto mayor.
Aquí hay una cuestión clave: hay que sacar el dinero destinado al ahorro antes de gastar, no después. Si esperamos a guardar lo que nos sobra a final de mes, no vamos a ahorrar nunca. Lo mejor es quitar ese 10% y hacer como que no lo tenemos, sólo dispondremos del 90% restante para nuestros gastos.
Este paso apunta a dos cuestiones. Por un lado, separar el dinero del ahorro para no correr la tentación de gastarlo (no tiene que estar “a mano”). Y, por otra parte, invertirlo para que no pierda su poder adquisitivo con la inflación.
Lo ideal es que genere un rendimiento para que vaya aumentando más allá de la inflación, pero eso dependerá del objetivo.
Temas a considerar:
ALTERNATIVAS. Opciones sencillas de ahorrar en dólares.
CÓMO EMPEZAR. Primero pasos para invertir tus ahorros.
Una vez que nuestro plan para ahorrar está en marcha no lo podemos dejar ahí por siempre. Hay que revisarlo para ajustar los gastos, si hiciera falta, tratar de aumentar el porcentaje de ahorro (si podemos), revisar los objetivos y ver si cumplimos los planteado.
Pero, lo más importante es volver cada tanto sobre el punto #6. En un país como Argentina, con la volatilidad que hay, la revisión de los instrumentos de ahorro e inversión tiene que ser mucho más a menudo que en otro lugar.
Tenemos que estar atentos ante los cambios de escenario (si hay más incertidumbre, si hay nuevas herramientas, si se modifica la normativa, etcétera) y ajustar todo lo que haga falta.
Por: comunidadpresupu-admin
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