¿En cuántos pagos cancelo un producto o servicio? ¿Hay plazos más convenientes que otros? La respuesta es sí, y en esta nota vamos a ver lo que tenemos que tener en cuenta para elegir.
A la hora de pagar un producto o un servicio en cómodas cuotas, es clave elegir cuánto tiempo queremos tener la deuda.
Podemos tener posibilidad de sacar un préstamo personal a tres años y con eso pagar un viaje, una oferta de 50 cuotas para un nuevo televisor, cinco u ocho años para comprar un auto, y así, numerosas tentaciones. Pero antes de sacar nuestra tarjeta o firmar en el banco, tenemos que preguntarnos si es o no conveniente.
La regla de oro: “Cuánto lo uso, cuánto lo pago”
Como parámetro general, el plazo de pago de un producto o servicio no tiene que superar el tiempo durante el cual lo vayamos a usar, según nuestras previsiones.
Hay dos consideraciones, sin embargo, que complementan esta regla de oro.
Esto se adaptará a cada caso particular pero, salvo situaciones excepcionales podemos tener las siguientes pautas.
Inmuebles. Estos son los bienes que podemos financiar a mayor plazo y con un crédito hipotecario. No sólo tienen un valor elevado sino que es muy probable que la tengamos varios años en nuestra propiedad.
Si es nuestra propia casa y si la tasa es fija, en pesos, lo mejor es buscar el mayor plazo posible para tener una cuota baja al principio (10, 15, 20 o 30 años, según lo que ofrezca el mercado). Ver «Claves del crédito Procrear«)
Vehículos. Para adquirir un auto podemos recurrir a un crédito de mediano plazo (personal o prendario). Pero, si pensamos cambiarlo a los cuatro años, por ejemplo, no es conveniente tomar una deuda a 5, 6 o 7 años. Lo mejor es que, al comprar un nuevo auto ya hayamos cancelado la deuda anterior para poder tomar otra nueva, si la necesitamos. (Ver «Claves del crédito Procreauto«).
Turismo. Como las vacaciones, en teoría, las tomamos una vez al año, el mejor plazo de financiamiento es un máximo de 12 meses.
Lo ideal es tener cancelado todo (o la mayor parte) antes de viajar, no es muy agradable seguir pagando mucho tiempo por un servicio que ya utilizamos. Además, esto nos permitirá pensar en el descanso del año siguiente.
Como excepción, si estamos pensando en un viaje único –que haremos una sola vez en mucho tiempo y con un costo importante- quizá podemos pensar en una financiación más larga (leé más en “Cuál es la mejor opción para financiar las vacaciones”).
Electrónica y electrodomésticos. Estos y otros bienes de consumo semidurables es preferible financiarlos en 12 o más cuotas: el costo suele ser relativamente importante para pagarlo en períodos cortos, y seguramente lo estamos comprando pensando en una vida útil de algunos años. Si conseguimos 18 o 24 cuotas (y sin interés), mejor. Mirá «¿Conviene seguir comprando en cuotas?«.
Ropa y calzado. Pensemos que la indumentaria la usamos una temporada y en la próxima tenemos que volver a comprar. Entonces, lo mejor es no extenderse en los seis pagos (y tratar de que no tengan recargo) para comprar estos artículos (salvo algunos demasiado caros que volvamos a usar otros años).
Alimentos. Comprar en el supermercado con tarjeta de crédito, sobre todo si se paga en varias cuotas, es una de las peores decisiones que podemos tomar financieramente.
Lo normal es que todos los meses tengamos que realizar un gasto similar, entonces, a la hora de pagar el vencimiento de la tarjeta se nos juntará con la compra del mes siguiente.
Esto genera una “bola de nieve” que es difícil de frenar. Tratemos de ajustar nuestro presupuesto para evitar usar la tarjeta de crédito en la compra de alimentos.
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Por: comunidadpresupu-admin
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