El fondo de reserva es indispensable para evitar que tu presupuesto se descalabre ante cualquier eventualidad. Muchas veces lo postergamos con la excusa de que el dinero no nos alcanza, pero la verdad es que el nunca nos va a alcanzar si no ordenamos nuestras cuentas y empezamos a hacer un hábito de ahorro.
Por eso, el mejor momento para empezar es ahora. Lo importante es poner manos a la obra y dejar de procrastinar. Tener dinero para imprevistos es un paso importante para tu presupuesto.
Es por eso que constituir el fondo de emergencia tiene que ser el primer objetivo de ahorro. Luego, podrás avanzar con otras metas más ambiciosas como tener un capital para generar una renta, para ayudar en tu jubilación o para otros destinos específicos.
Aquí te dejo algunos tips para que tomes acción ya mismo.
Ahorrar implica postergar consumo y nuestra mente no está preparada para esto, siempre buscamos la satisfacción más inmediata (¿o no?).
Por eso, para ahorrar en forma consistente y efectiva hay que generar un hábito. Y esto se logra repitiendo lo mismo mes tras mes
La primera regla para ello es “ahorrar primero y gastar después”. Si esperás a ahorrar lo que te sobre a fin de mes, no lo vas a hacer nunca (seguro que el dinero te lo gastás antes).
La segunda regla es definir un porcentaje fijo (ideal un 10% o 20% según tu situación) y separarlo apenas recibas tu ingreso. De esta manera, si vas a ahorrar el 10%, en lugar de pensar que tu presupuesto es $ 1.000, tendrás que organizarte con $ 900.
Para que no uses ese fondo en otros destinos, el dinero tiene que estar separado del resto.
No solo del resto de tus ingresos (el primer paso para ahorrar) sino también de otras inversiones que tienen otros objetivos. Es como si tuvieras varios “chanchitos”: uno para el fondo de emergencia, otro para las vacaciones, otro para comprar un auto, otro para generar un capital de largo plazo.
Cada uno, estará colocado en instrumentos diferentes.
El fondo de reserva tiene que estar disponible en el momento que lo necesitemos pero sin perder valor (por la inflación).
Por eso, los instrumentos que elijamos tienen que tener las siguientes características:
¿Qué alternativas tenemos con esas características?
No hay muchos instrumentos. Lo ideal es combinar varias alternativas para compensar si una pierde frente a otra.
El fondo de reserva debería tener una parte en dólares (billete o caja de ahorro) y otra parte en pesos.
La parte en pesos se puede colocar en Fondos Comunes de Inversión (FCI) de dinero (money market) o renta fija a no más de 24 hs. También se podría usar un plazo fijo (la tasa de interés está cerca de la inflación) pero, dividirlo en cuatro para tener un vencimiento por semana.
El monto ideal del fondo de emergencia es aquel que cubra entre 3 y 6 meses de gastos básicos de una familia (o de un negocio).
Esto dependerá, básicamente, de la variabilidad y el nivel de riesgo del ingreso personal: alguien con un empleo en relación de dependencia, que recibe un sueldo fijo a fin de mes, necesitará menos que otra persona independiente que tiene ingresos variables, por ejemplo.
Este monto hay que ir ajustándolo en función de la inflación y de nuestra situación particular (si cambian los componentes del gasto).
Por: Paula Martinez
Deja una respuesta
Debes estar conectado para dejar un comentario.